«En fútbol sala ya me había pasado de marcar ocho goles, pero nunca en una cancha grande», declaró el brasileño Carlos Eduardo tras marcar el domingo cinco goles en la victoria del Niza en Guingamp (7-2) y entrar en la historia de su club junto a un tal Just Fontaine.
Tras el pitido final, el domingo por la noche, el afable y discreto jugador brasileño, de 25 años, aún no era consciente de que acababa de entrar a formar parte de la historia del campeonato francés con sus cinco goles en un solo partido.
El último en haber realizado una gesta así en la Ligue 1 había sido el alemán de origen esloveno Tony Kurbos, autor de seis dianas en la goleada del Metz al Nimes (7-3) el 28 de abril de 1984.
El elegante mediapunta brasileño, cedido al Niza por el Oporto portugués sin opción de compra, se enteró de ese dato tras el partido.
«Evidentemente estaba feliz. Mi (gol) favorito es el de falta, el del empate (1-1, minuto 12)», explicó este lunes Carlos Eduardo de Oliveira Alves.
«Pero desconocía la importancia para el campeonato y para el club», agregó el jugador, en referencia a que el anterior jugador del Niza que había logrado cinco goles en un partido de liga en 1950 fue Just Fontaine, el mítico delantero galo que anotó 13 goles en el Mundial de 1958, una marca aún no superada. «Me enteré en el autobús de regreso», dice Carlos Eduardo impresionado.
Procedente del Desportivo Brasil de Sao Paulo, el jugador nacido en Ribeira Preto llegó a Europa en 2010 para jugar en el Estoril, de la segunda división portuguesa.
Pese a no ser un consumado goleador (solo ocho goles en 82 partidos con el Estoril), sus buenas actuaciones en el modesto equipo portugués le valieron para fichar en 2013 por el Oporto, uno de los gigantes del fútbol de aquel país, a cambio de 800.000 euros.
