Fue un torneo extenso y extenuante. Lleno de emociones y de grandes partidos. Aquella Copa Libertadores de 1967 quedó en el recuerdo por esos elementos, pero sobre todo, por haber tenido un extraordinario campeón: Racing Club de Avellaneda, que se consagró el 29 de agosto al doblegar en la final al Club Nacional de Fútbol por 2-1 en un cotejo desempate disputado en Santiago de Chile.
Un año antes, había ganado el torneo argentino, con una actuación deslumbrante, donde llegó a acumular 39 cotejos sin derrotas. Dirigido por Juan José Pizzuti, fue un conjunto sólido y efectivo, quizás el mejor de la historia de la institución. Con la seguridad de Agustín Cejas en la valla y una dupla de centrales de lujo: Roberto Perfumo y Alfio Basile. La dinámica infatigable de Humberto Maschio y la potencia ofensiva de Juan Carlos Cárdenas y Norberto Raffo, completaban el esquema de mitad de cancha en adelante.
Ese lauro le permitió disputar el máximo torneo continental. Disputó el grupo inicial con otros cinco clubes: River Plate, Santa Fe de Bogotá, Bolívar, Independiente Medellín y 31 de Octubre. Fue el vencedor de esa zona y avanzó a las semifinales junto a los “millonarios”.
En esa instancia, ambos fueron ubicados en la sección A, que compartieron con Universitario de Lima y Colo Colo. Desde el comienzo, el cuadro peruano se presentó como el principal adversario y se ganaron mutuamente como visitantes 2-1. Primero Racing en Perú y luego los “cremas” en Avellaneda, encuentro donde Roberto Perfumo desvió un penal.
La “academia” lo aventajaba por una unidad, cuando en Lima el cuadro local recibió a River Plate. Si los locales ganaban, sacaban un decisivo punto de ventaja, restándoles a ambos solo un match. El choque finalizó igualado en dos tantos y quedó en el recuerdo el penal que Hugo Gatti le detuvo al legendario Héctor Chumpitaz.
Al quedar igualados en 9 puntos, debieron disputar un desempate en el estadio Nacional de Santiago de Chile. A los 38 minutos, Norberto Raffo abrió el marcador para Racing, nivelando Víctor Calatayud para Universitario al inicio del segundo tiempo. A los 22 de esa etapa, nuevamente el centrodelantero argentino marcó el 2-1 que sería el score definitivo.
En la final lo esperaba otro grande del continente: el Club Nacional de Fútbol, con ansias de ganar por primera vez la Copa Libertadores, ya que su rival Peñarol, la había conseguido en tres ocasiones. El 15 de agosto igualaron en cero en Avellaneda y el mismo marcador se dio en Montevideo diez días más tarde. Otra vez el estadio Nacional de Santiago era el escenario para un desempate de Racing y al igual que frente a Universitario, le trajo suerte. Joao Cardoso puso el 1-0 a los 13 y media hora más tarde, el inefable Raffo colocó el 2-0. A 11 del final, Milton Viera descontó, pero no le alcanzó el cuadro uruguayo. Con toda justicia, y tras 20 partidos, Racing se dio el gusto de ser el mejor de América.
Formaciones del último partido – Racing Club: Agustín Cejas; Oscar Martín, Roberto Perfumo, Alfio Basile, Rubén Díaz; Juan Carlos Rulli, Miguel Mori, Humberto Maschio; Juan Carlos Cárdenas, Norberto Raffo, Joao Cardoso (Fernando Parenti). DT: Juan José Pizzuti. Nacional: Rogelio Domínguez; Luis Ubiña, Jorge Manicera, Juan Martín Mujica, Emilio Álvarez; Milton Viera, Julio Montero Castillo, Víctor Espárrago; Juan Urruzmendi, Celio Taviera, Julio César Morales (Jorge Oyarbide). DT: Roberto Scarone
Eduardo Bolaños/conmebol.com
Foto: Libro de la historia de la Copa Libertadores de América/conmebol
