Mientras las 40 mil almas en el cilindro coreaban el nombre de Diego Milito, un niño llamó la atención, un chico en muletas llamado, Santiago Fretes, que prestó uno de sus sustentos a su “amigo de cancha”, para que este pueda trepar encima de la muralla y observar a su lado, la despedida del “22” albiceleste.
Diego Milito fue un delantero formidable, elegancia sutileza y definición eran solo algunas de las cualidades del ídolo de Racing, que este domingo puso fin a su extraordinaria carrera como futbolista. Mientras las 40 mil almas en el cilindro coreaban su nombre, un niño llamó la atención, un chico en muletas llamado, Santiago Fretes, que prestó uno de sus sustentos a su “amigo de cancha”, para que este pueda trepar encima de la muralla y observar a su lado, la despedida del “22” albiceleste, demostrando que el amor al fútbol no conoce límites.
La proeza fue captada por la cámara de la madre de Fretes, Sabrina Bonomo: "Con ese nene son amigos de la cancha. No sabe ni cómo se llama, pero siempre juegan. Los pibes ni miran el partido, es un mundo aparte lo que hacen ellos. Son como 20 pibitos detrás de esa pared de casi un metro setenta. Santi hace rato que se trepa así cuando se le va la pelota o para mirar. El otro nene estaba a los saltos para llegar, entonces él le dio la muleta. Me emocioné y saqué la foto. Y al mismo tiempo pensé, ¡cuidado con las muletas, es el único par que tenemos!".
La foto se hizo viral en apenas unos segundos, el pequeño hincha robó todas las miradas de las personas que se emocionaron al ver como el niño de tan solo 10 años, daba cátedras de compañerismo y amistad en honor al deporte rey.
"Es mi amigo de la cancha pero no sé cómo se llama. Casi siempre vengo a ver a Racing. Le di la muleta al otro chico porque es mi amigo", explicó el niño Fretes.
"Estábamos viendo que Milito estaba dando la vuelta y lo queríamos saludar", agregó.
Milito cuelga los botines a los 36 años, luego de haber sido pilar de los dos únicos campeonatos locales ganados por "La Academia" en los últimos 40 años, uno en 2001 y el otro en 2014. "Me voy como quiero, en mi casa y con esta gente", declaró al terminar el juego con la voz algo quebrada por el llanto.
El delantero se despidió, dejando noches mágicas para Racing, dentro y fuera de la cancha.
La Tercera / CONMEBOL.com
