Las selecciones de España e Italia se miden este jueves en semifinales de la Copa Confederaciones de Brasil con la primera aferrada a su buen momento y la segunda al instinto de supervivencia que tantas veces le ha valido para derribar a los favoritos.
Las selecciones de España e Italia se miden este jueves en semifinales de la Copa Confederaciones de Brasil con la primera aferrada a su buen momento y la segunda al instinto de supervivencia que tantas veces le ha valido para derribar a los favoritos.
El delantero inglés Gary Lineker decía que el fútbol era un juego de once contra once en el que siempre ganaba Alemania. Cualquier jugador español podía haber dicho lo mismo de Italia hace seis años.
La tendencia se invirtió en el campeonato de Europa-2008, en el que un gol de Cesc Fábregas en la tanda de penales mandó a Italia a casa en cuartos.
En el siguiente europeo, se midieron dos veces, en el partido inaugural (1-1) y sobre todo en la dolorosa final para los italianos, cuando fueron barridos 4-0.
«Es inevitable que se hable de aquel partido, porque dejó huella, y más aún cuando apenas ha pasado un año», dijo a FIFA.com el seleccionador italiano, Cesare Prandelli
«Pero lo que puedo decir es lo evidente: España es el equipo más fuerte del mundo, eso lo dice todo sobre las dificultades que nos va a causar», afirmó.
Los españoles no creen poder repetir aquel partido en Kiev: «Aquello fue un partido perfecto, en todas las facetas del juego, pero es pasado», dijo a la prensa Jordi Alba, el lateral del FC Barcelona que anotó el 2-0 en aquella final.
Italia llega al partido con las bajas de dos milaneses, el defensa Ignazio Abate y el atacante estrella Mario Balotelli, de regreso ya a Italia porque ninguno de los dos hubiera estado listo para la final en caso de que venzan a España.
«Tendremos que poner nuestro orgullo y preparar algo diferente. España puede motivar, desde un punto de vista táctico, invitar a hacer algo innovador», explicó en conferencia de prensa.
En cambio, parece muy probable que recupere a otro jugador del AC Milan, el volante creativo Andrea Pirlo, alma y cerebro del equipo, que se perdió el partido de la última fase ante Brasil, (4-2) pero que el martes se entrenó con normalidad.
Por parte española, son duda el volante Fábregas (Barcelona) y el delantero centro Roberto Soldado (Valencia) por problemas musculares. Ambos se reincorporaron el martes a los entrenamientos pero muy posiblemente el técnico Vicente del Bosque opte por David Silva (Manchester City) y Fernando Torres para reemplazarlo.
España llega más fresca al partido, porque su primera fase fue más cómoda y ha tenido un viaje menos que Italia, que en un país tan grande como Brasil equivale a un día perdido de trabajo.
Los españoles ganaron a Uruguay (2-1), a Tahití (10-0) y a Nigeria (3-0), repartiendo el esfuerzo entre todos los jugadores hasta el punto de usar a sus tres arqueros.
Italia en cambio ha tenido un camino agotador hasta Fortaleza. Ganó a México 2-1, a Japón 4-3 y perdió ante Brasil 4-2. Ante Japón perdía 2-0 y remontó; ante México empataba y marcó sobre la hora y a los brasileños les metió el miedo en el cuerpo con el empate a uno parcial y luego el 3-2.
Esa capacidad de supervivencia es la que le valió ganar los mundiales de 1982 y 2006 -en total tiene cuatro copas- y ser incluida siempre en la lista de favoritas.