Es un verdadero orgullo de los peruanos. Un escenario digno y que refleja la importancia que tiene para los ciudadanos poseer un estadio, bien denominado Nacional, porque ahí convergen todos los sentimientos, no sólo del futbol, sino también otros deportes.
Es un verdadero orgullo de los peruanos. Un escenario digno y que refleja la importancia que tiene para los ciudadanos poseer un estadio, bien denominado Nacional, porque ahí convergen todos los sentimientos, no sólo del futbol, sino también otros deportes.
Según la crónica de los hechos, desde el año 1896, el sitio denominado Santa Beatríz, se constituyó en el centro de actividades del Unión Cricket, y posteriormente pasó a formar parte del Centro Universitario.
El sostenido crecimiento del fútbol impulsó la idea de construir un estadio acorde a las exigencias del tiempo, reemplazando a la de madera, y que ya albergó un sinnúmero de competiciones, inclusive la Copa América de 1927, ganó Argentina y el de 1939, el primer titulo peruano con la obtención de la Copa América.
Las graderías de madera, dio paso al cemento y el 27 de octubre de 1952, fue oficialmente inaugurado el coliseo deportivo más emblemático de la República del Perú: El estadio Nacional de Lima, una realidad tangible gracias al esfuerzo de muchos dirigentes, entre ellos a Don Miguel Dasso, propulsor primigenio de un estadio moderno y su capacidad original fue de 45 mil espectadores. Su bautismo de envergadura ocurrió en 1953, con la Copa América, que ganó Paraguay.
En el estadio Nacional de Lima, se exhibieron las más grandes estrellas peruanas, sudamericanas y del mundo, y continuará siendo un lugar de fiesta colectiva, esperanzas e ilusiones.
Su renovación permanente proporciona a Sudamérica una imagen de consolidada infraestructura deportiva. En el presente, su belleza y modernidad, le aporta a la ciudad de Lima, una atracción singular.
CONMEBOL.Com homenajea a quienes, en un día como hoy, hicieron realidad una pertenencia enfáticamente peruana.
NeBeSe/CONMEBOL.Com
