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A 30 años de la última Libertadores del Club Nacional de Footbal

El Club Nacional de Footbal reverdeció laureles en 1988, tras tres años de ausencia en la CONMEBOL Libertadores. El esperado retorno y poder quitarle la corona a su tradicional rival, Peñarol, campeón defensor de esa edición, sirvieron de aliciente para que el Tricolor de Montevideo vuelva a gritar campeón continental.

El periplo a la Gloria Eterna no fue sencillo, ya que compartió grupo con Montevideo Wanderers, y los colombianos Millonarios y América de Cali, que venía de disputar las últimas tres finales.

Tras igualar con Wanderers 0-0 en el debut, hilvanó tres victorias consecutivas como local. Ese buen rendimiento, junto a otros resultados, le permitió ir clasificado al siempre riesgoso viaje a tierras colombianas, donde fue goleado increíblemente por Millonarios 6-1 e igualó en cero con los ‘Diablos Rojos’.

Aquella de 1988 fue la primera edición donde se instauró la eliminatoria a doble partido desde octavos de final. Allí el rival fue Universidad Católica, con quien empató 1-1 en Santiago de Chile con un gol de Felipe Revelez a 10’ minutos del final, que tendría un valor decisivo, ya que la revancha fue 0-0 en el Centenario y selló el pasaporte a cuartos por haber convertido en condición de visitante.

En esa instancia lo esperaba Newell´s Old Boys, campeón vigente del fútbol argentino, donde comenzaba a dar sus primeros pasos un futbolista que sería uno de los máximos goleadores del planeta: Gabriel Batistuta. La ida fue 1-1 en Rosario con tanto de Juan Carlos de Lima y el desquite marcó un éxito 2-1 con tantos del vasco Ostolaza y Yubert Lemos.

El cuadro dirigido por Roberto Fleitas era cada vez más sólido y gracias a esa condición pudo superar una tremenda semifinal ante América de Cali. El arranque fue en Montevideo con triunfo 1-0 por el golazo de Lemos al minuto, tomando a la pelota de aire de frente al arco. El clima era tremendo para la vuelta en el Pascual Guerrero.

A los 69’ los locales se pusieron en ventaja por medio de Anthony de Ávila y cuando todo parecía que se definiría por penales, llegó la inolvidable conquista de Juan Carlos de Lima, luchando el balón con personalidad en el área, para vencer desde el suelo a Julio Falcioni. El ‘Bolso’ estaba otra vez en la final.

Por una disposición reglamentaria, y al haber seis equipos en cuartos de final, se había dispuesto que el mejor de los tres perdedores avanzara a semifinales. Éste fue Newell´s, que allí doblegó a San Lorenzo, para reencontrarse con Nacional en la final.

El cuadro rojinegro hizo de local en la ida en el estadio de su tradicional adversario (Rosario Central) y se impuso por 1-0 con gol de Jorge Gabrich. En la revancha, ante un colmado Centenario, el Tricolor arrasó a su rival, superándolo desde el minuto inicial. El lapidario 3-0 con los tantos de Vargas, Ostolaza y De León fue una muestra fiel de lo ocurrido en el campo de juego.

Nacional volvía a inscribir su nombre en el trofeo que ya había levantado en 1971 y 1980. Se perpetuaron la seguridad de Jorge Seré en valla, el despliegue sin descanso de Jorge Ostolaza en el medio, la velocidad y capacidad goleadora del tridente de ataque (Vargas, De Lima, Castro), los goles decisivos de Lemos y la vigencia de su capitán, el

gran Hugo de León, que ya se había consagrado en 1980 y también en 1983 con la camiseta de Gremio. Pasaron 30 años, pero la gloria para aquellos jugadores será eterna en el alma de Nacional.

 

 

 

 

 

 

Eduardo Bolaños

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