Con su merecido título del torneo de Primera División del fútbol argentino, Racing Club de Avellaneda no solo ha vuelto a festejar una consagración luego de 13 años, sino también que ello le ha permitido regresar a la Copa Libertadores tras 11 ediciones.
Con su merecido título del torneo de Primera División del fútbol argentino, Racing Club de Avellaneda no solo ha vuelto a festejar una consagración luego de 13 años, sino también que ello le ha permitido regresar a la Copa Libertadores tras 11 ediciones.
Su primera participación en el máximo certamen del continente fue en 1962, donde debutó el 14 de febrero venciendo a Sporting Cristal en su estadio por 2-1 con goles de Rubén “el marqués” Sosa. Dirigido por Saúl Ongaro formó con Negri; Jedlinsky y Mesías; De Vicente, Peano y Sacchi; Corbatta, Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén. Ambos compartieron el grupo junto a Nacional de Montevideo, que fue quien logró avanzar a semifinales.
La siguiente aparición de Racing fue en 1967, un año inolvidable, el más grande en la historia de la institución, donde fue campeón de las copas Libertadores e Intercontinental. Una característica del cuadro de Avellaneda es que todo le ha costado mucho y aquella consagración en América no fue la excepción, ya que debió disputar 20 partidos para poder levantar el trofeo.
Tras la fase de grupos, afrontó una dura zona semifinal junto a River Plate, Colo Colo y Universitario. Con este último igualó en puntos y dirimieron el pase a la final en un match desempate en el estadio Nacional de Santiago, donde la “academia” se impuso por 2-1 con goles de Néstor Raffo. Los dos cotejos decisivos ante Nacional finalizaron 0-0 y por ello se recurrió a un tercer partido, nuevamente en Chile, donde alcanzó la gloria al imponerse 2-1 con las conquistas de Joao Cardoso y Néstor Raffo. Con Juan José Pizzuti como entrenador, formó con Cejas; Martín, Perfumo, Basile y Rubén Díaz; Juan Carlos Rulli, Miguel Ángel Mori y Humberto Maschio; Joao Cardoso, Juan Carlos Cárdenas y Norberto Raffo.
Al año siguiente, ingresó en semifinales para la defensa del título, donde se enfrentó con Estudiantes de La Plata. Fueron tres partidos tremendos, verdaderas batallas. En Avellaneda ganó Racing 2-0 (Maschio – Perfumo) y en La Plata hizo lo propio el local 3-0 (Verón 2 – Fucenecco). El desempate fue en el estadio Monumental e igualaron en un tanto con las conquistas de Juan Ramón Verón y Juan Carlos Cárdenas, en tiempo suplementario, tras el 0-0 en los 90 minutos. Como el cuadro platense había señalado un gol más en los enfrentamientos, avanzó a la final.
Luego comenzaría la peor etapa del club, en lo deportivo y en lo institucional, con el punto más bajo en 1983, cuando descendió. Regresó a la Copa Libertadores recién en 1989, con la dirección técnica de Alfio Basile. Tras clasificarse en el grupo que compartió con Boca Juniors, Sporting Cristal y Universitario, fue eliminado en octavos de final por Atlético Nacional de Medellín, a la postre el campeón.
En la edición 1997, nuevamente con Basile como entrenador, hizo una brillante campaña, siendo derrotado en semifinales por Sporting Cristal. Luego de la zona inicial (Vélez Sarsfield, El Nacional y Emelec), dejó en el camino a River Plate (campeón defensor) y a Peñarol.
Su último registro data de 2003, con Osvaldo Ardiles como técnico. Fue eliminado en octavos de final por América de Cali por penales, pero en el ambiente del fútbol estaba la sensación de que estaba para más. En ese equipo, asomaba un joven delantero que 12 años más tarde buscará su revancha continental: Diego Milito.
Eduardo Bolaños/conmebol.com
Foto: Libro «Copa Libertadores de América»/CONMEBOL