Juan Carlos Lorenzo fue un técnico muy especial. En varios aspectos, un verdadero adelantado a su época. Uno de sus grandes méritos fue haber sintonizado a la perfección el sentimiento y la pasión del hincha de Boca Juniors.
Al poco tiempo de haber asumido la dirección técnica del club, patentó una frase que quedó en el recuerdo de todos sus simpatizantes “Boca es Sportivo Ganar Siempre”. Y esa filosofía se la iba transmitiendo a los jugadores que le respondían en forma obediente dentro de la cancha, sin discutir casi nunca sus decisiones.
En 1976 obtuvo los dos títulos locales, cortando una sequía de 5 temporadas sin ese logro. En 1977, en los penales del tercer partido final frente a Cruzeiro, ganó por primera vez la Copa Libertadores, con una gran actuación de Hugo Gatti, quien detuvo el disparo decisivo de Vanderlei.
El siguiente objetivo era la Copa Intercontinental y el rival el Borussia Monchenblagbach de Alemania, en una definición a dos partidos. El primero en la Bombonera de Buenos Aires el 21 de marzo del ’78 y la revancha, tras la disputa del Mundial, el 1 de agosto en la ciudad de Karlsruhe.
En el encuentro de ida fue muy parejo y no se sacaron ventajas. Boca abrió el marcador por intermedio de su goleador, Ernesto Mastrángelo, pero en cinco minutos pasó a perder por la conquistas de Hannes y Bonhof. A poco de comenzar el segundo tiempo, Jorge Ribolizi estampó el 2-2 definitivo.
Entre aquel cotejo y el desquite transcurrieron 4 meses y 10 días. Y como era lógico, ese transcurso de tiempo conllevó varios cambios en ambos equipos. Lo más llamativo se dio en la defensa de Boca, ya que Lorenzo decidió prescindir de su histórica dupla de centrales (Francisco Sa – Roberto Mouzo) para reemplazarlos por José Luis Tesare (habitual suplente) y Miguel Ángel Bordón (titular sobre el lateral izquierdo).
El entrenador sostenía que esa dupla le daba más velocidad, que era lo que necesitaba según lo que había analizado del cuadro alemán. Y una vez más, acertó. El Bourssia jamás llevó peligro hasta la valla de Hugo Gatti y Boca se impuso por 3-0 con una enorme superioridad, ya que lo todos los goles fueron marcados antes de los 40 minutos: Darío Felman a los 2, Ernesto Mastrángelo a los 33 y Carlos Salinas a los 37.
Los festejos eran moneda corriente por aquellos para el cuadro argentino. Con esa Copa Intercontinental, ganada ese 1 de agosto, llenaba su reluciente vitrina y le daba la razón a Lorenzo: Boca es Sportivo Ganar Siempre.
CONMEBOL.com
Eduardo Bolaños