Según el «think tank» británico British Future, de los 736 jugadores que participan en el Mundial brasileño, no menos de 478, es decir, un 65%, juegan fuera de us país, frente a los 258 que se quedan en casa.

Brasil, Bosnia, Ghana, Uruguay y Costa de Marfil son los más afectados por este fenómeno con 22 «exiliados» de los 23 jugadores, mientras Camerún y Argelia tienen 21.

Por supuesto, los países que tienen mayores medios financieros son los que mejor lograr retener a sus talentos. Así, Inglaterra sólo tiene un expatriado, mientras que Italia cuenta con 20 jugadores de la Serie A y Alemania con 16 miembros de la Bundesliga.

El dinero que ha afluido en los últimos años a Rusia en clubes como el Zenit de San Petersburgo, el Rubin Kazan o el Dinamo de Moscú, el mayor suministrador de jugadores de la selección de Fabio Capello con seis, por delante del CSKA Moscú (cinco), explica en gran parte las pocas ganas rusas por vivir una aventura en el extranjero.

«Es positivo porque los jugadores se conocen. Estamos muy cerca unos de otros. Además, en el extranjero, nadie sabe quiénes somos», consideró el delantero Maxim Kanunnikov, que juega en Perm.

No obstante, según el delantero del Dinamo Alexander Kokorin, podría tratarse más de una coincidencia coyuntural que de una tendencia general de fondo.

«No creo que sea sólo una cuestión de dinero. Creo que muchos jugadores rusos sueñan con ir a jugar para grandes clubes en Europa. Cuando lleguen buenas proposiciones, estoy seguro la mayor parte parte intentarán probar suerte en Europa», aseguró.

Texto y foto: AFP

Edición: conmebol.com