Es una de las tantas frases que llegan para quedarse: “al fútbol no se juega con la cédula”, y cada día que pasa cobra más vigencia, porque jugadores que pasan los 30 años y muchos ‘pisan’ los 40, siguen desnivelando en el fútbol, en este caso específico el torneo uruguayo.
Es una de las tantas frases que llegan para quedarse: “al fútbol no se juega con la cédula”, y cada día que pasa cobra más vigencia, porque jugadores que pasan los 30 años y muchos ‘pisan’ los 40, siguen desnivelando en el fútbol, en este caso específico el torneo uruguayo.
Un ejemplo claro es el de Richard Pellejero, el símbolo de Cerro en cancha: “Creo que soy el jugador más veterano del fútbol uruguayo, pero me siento feliz porque nunca imaginé que a esta edad iba a estar terminando mi carrera o jugando en Primera División y, más aún, jugar la Copa y el Uruguayo”, tiró antes del debut en la Libertadores del albiceleste. A Pellejero se le cumplía un anhelo: jugar un torneo internacional a los 40 años. Y vaya si se lució. Fue de los mejores de Cerro.
Pero es el único que pese a los 40. Adrián Berbia tiene 39 años. No corre, es cierto, pero tiene un entrenamiento mucho más exigente por ser arquero. De hecho, su vigencia se premió en el cierre del Uruguayo Especial. Tuvo una de las vallas menos vencidas (junto a la de Fabián Carini) y fue importante en la buena campaña de Boston River. “Todo reconocimiento o distinción individual es imposible sin el trabajo y compromiso de todo un equipo”, señaló Berbia, el capitán del benjamín, el que sorprendió en la temporada anterior por fútbol y resultados.
Además de Pellejero y Berbia, está Martín Ligüera, otro “veterano” que jugó como si tuviese 20 años y no 36. Fue clave en el Nacional Campeón Uruguayo por goles y asistencias. Una pieza clave en el andamiaje del equipo que armó Martín Lasarte, el entrenador que logró regresarlo al club de sus amores. “El tema de los goles por minutos jugados, eso no lo esperaba. Pero se dio así, me sentí muy cómodo sinceramente. Me hicieron sentir muy cómodo mis compañeros desde el primer día que llegué. Yo soy el más viejo y de repente el que tengo más años en Nacional, pero igual, vos llegás a un grupo, no conocés y me trataron bárbaro, me hicieron sentir uno más y eso ayuda a elevar tu rendimiento en cancha. Y bueno… que el técnico te haya pedido expresamente es otro factor que ayudó a mi rendimiento”, remarcó Ligüera en la premiación de Ovación el miércoles pasado.
Otro “veterano” que pesa en el juego de su equipo es Mariano Bogliacino. “Ya llevábamos 12 años en el exterior, y estábamos cansados. Lo hablamos con la familia, y lo mejor era regresar a Plaza, mi casa”, dijo cuando decidió el regreso después de jugar en Europa y ser ídolo del Napoli.
Hoy es la ‘manija’ de los colonienses que están en pleno recambio gerenacional.
Las manos de Berbia, la entrega de Pellejero, la clase interminable de Ligüera, la técnica depurada de Bogliacino, y también, los goles de Fabián Estoyanoff, que a sus 34 años es el artillero del Apertura. “Estoy en un gran momento. Muy feliz, por lo que estoy viviendo”, le dijo a Ovación.
“Quiero llegar a lo más alto, hoy estoy en Fénix y lo disfruto. Que el hincha del club esté feliz de verme jugar y ver al equipo que gana, de poder clasificar y jugar una Copa Libertadores”, agregó el ‘Lolo’.
Todos, como el “Cebolla” Rodríguez o el “Nacho” González, desnivelan y juegan como si tuviesen 20 años. La cédula no pisa la cancha, la clase sí.
Por: José Mastandrea
Fuente: www.ovaciondigital.com.uy/futbol/futbol-edad.html
