Página inicio CONMEBOL

NOTICIAS DESTACADAS

Tres selecciones sacan ventaja en la Fase Final
Tres selecciones sacan ventaja en la Fase Final
Árbitros sudamericanos convocados para la Euro 2024
Árbitros sudamericanos convocados para la Euro 2024
Designación de árbitras para la CONMEBOL Sub20 Femenina
Designación de árbitras para la CONMEBOL Sub20 Femenina
Museo Conmebol
Cree en Grande

El paraguayo que jugó un Mundial para la Argentina

Pocas veces la selección argentina recurrió a jugadores extranjeros. No hay muchos casos, en general, y la lista se reduce sólo a tres si se la limita a los Mundiales.

El caso más interesante es el del paraguayo Constantino Urbieta Sosa, nacido el 12 de agosto de 1907 en Asunción, y que tenía 23 años cuando vino a la Argentina para jugar en Newell’s.

Tras ser subcampeón mundial en 1930, la Liga profesional no quería ceder a sus jugadores para el torneo de Italia, en 1934. El viaje en barco ocupaba al menos 36 días y si a eso se le agregaba el tiempo para la preparación y todo lo que durase la participación de la selección en el torneo, se quedarían sin sus futbolistas por más de dos meses.

Ante un pedido del gobierno italiano por la participación del equipo nacional, la respuesta fue negativa. A los problemas antes mencionados, se le sumaba la costosa inversión que generaba cruzar el océano Atlántico. Pero los organizadores no se resignaron. Benito Mussolini envió a Giorgio Vaccaro, presidente de la Federación Italiana de fútbol, a hablar con el embajador argentino José María Cantilo.

Argentina, venía de ser finalista en el Mundial de 1930 y en los Juegos Olímpicos de Amsterdam, en 1928, pero además, varios argentinos ya empezaban a ser contratados por equipos italianos y generaban mucha admiración. De hecho, en Italia 34, representaron al combinado local cuatro argentinos (Luis Monti, Raimundo Orsi, Enrique Guaita y Atilio Demaría).

Italia insistió y le informó al gobierno argentino que como organizador pagaría todos los gastos del equipo argentino.

El fútbol en Argentina estaba dividido en dos asociaciones en 1934, pero ya había comenzado las negociaciones para una fusión. Se decidió que los amateurs, jugadores de segunda línea, representaran al país. Se formó una comisión de consejeros que armó una lista con futbolistas de todo el país. Fue así que se designó, entre ellos, a Constantino Urbieta Sosa, un mediocampista central de 26 años, de Godoy Cruz de Mendoza.

Cuando el jugador ya estaba en Buenos Aires para los entrenamientos, una semana antes del viaje, el consejero Bianculli, rechazó la citación de Urbieta Sosa por su nacionalidad. Además, había jugado tres partidos con la selección paraguaya en 1931 y no había completado el trámite de la nacionalidad argentina.

Aunque la dirigencia no hizo lugar al pedido de Bianculli, el enojo se incrementó cuando Urbieta Sosa pidió permiso para viajar a Mendoza por problemas personales, por lo que se perdería el único amistoso de preparación del equipo, que debía jugarse el 26 de abril en la cancha de Defensores de Belgrano.

La situación era un completo desorden, no había tiempo para discutir demasiado. Aquel partido amistoso nunca se jugó, porque varios jugadores tuvieron que acelerar los trámites para obtener los permisos para el viaje. Urbieta Sosa se fue a Mendoza y volvió a tiempo para subirse al vapor Neptunia, que a las 22 del sábado 28 de abril partió rumbo a Roma, con previa escala en Río de Janeiro.

Según las crónicas de la época, a varios de los jugadores que provenían del interior, entre ellos Urbieta Sosa, se los veía desorientados, ya que casi no conocían a sus compañeros: «A bordo de la nave [.], la alegría de algunos contrastaba con la de los hombres del interior, aisalados, solos casi, a lo largo de los anchos corredores y sumidos en quién sabe qué hondas cavilaciones», escribió La Nación.

Urbieta Sosa fue titular en el único partido de la selección en Italia 34 (2-3 con Suecia el 27 de mayo). Había debutado en Nacional, de Paraguay, donde coincidió con Arsenio Erico, el máximo goleador del fútbol argentino. Luego se radicó en Rosario, jugó en Newell’s y más tarde en Tigre. Tras su paso por Godoy Cruz, en 1935, actuó en tres partidos con San Lorenzo.

Otra curiosidad es que en aquel Mundial también estuvo el único DT extranjero de la selección, el italiano Filippo Pascucci. No sólo Bianculli rechazó su designación, sino que fueron varios dirigentes lo que lo hicieron. Y en un principio quedó descartado. Aunque por las urgencias y las dificultades para buscar una alternativa, se hizo una excepción, pero tras firmar un documento en el que se acordó: «Aceptar la designación [.] bajo la expresa condición de que el mencionado entrenador (luego del Mundial) gestionará inmediatamente su carta de ciudadanía».

Tras la eliminación ante Suecia, algunas críticas contra Pascucci fueron muy duras y el italiano decidió quedarse en su país. En Europa dirigió a Bolgna, San Remo y Liguria y Antibes (Francia). Nunca volvió a la Argentina y hasta se desempeñó como preparador de equipos de waterpolo.

Arico Suárez, el primero

A diferencia de Urbieta Sosa, los otros dos «extranjeros» que jugaron en la selección se formaron en el fútbol argentino.

En los orígenes mundialistas, en Uruguay 1930, Pedro Bonifacio Suárez, fue el primero. Sus padres eran provenientes de Arico, una localidad tinerfeña, y de allí su apodo. Sin embargo, nació en Santa Brígida, en Gran Canaria (21/12/1909). Se lo conocía como Arico Suárez, aunque para sus compañeros era «El gallego».

Como España no participó en el certamen de Uruguay en 1930, quedó, para la historia, como el primer jugador español en un Mundial.

Arico Suárez tenía dos años cuando sus padres abandonaron las Canarias y se vinieron a vivir a Cafferata, en Santa Fe. Debutó en el fútbol grande en 1928, con Ferro. Pero se lo recuerda por su gran carrera en Boca, donde estuvo entre 1929 y 1942 (335 partidos).

Jugaba como half izquierdo, pero según los críticos de la época, recorría toda la banda izquierda desde un área a la otra. Con escasas destrezas con el balón, tenía una clara preminencia defensiva. Sólo marcó un gol en toda su carrera.

En aquel Mundial le tocó jugar sólo dos partidos. El día del debut (1-0 ante Francia) y el de la derrota en la final (2-4 ante Uruguay).

El Pipa Higuaín y una difícil decisión

Jorge Higuaín jugaba en Brest, de Francia, en 1987, y fue allí donde nació su hijo Gonzalo (el 10 de diciembre). Seis meses después, la familia volvió a la Argentina.

Gonzalo Higuaín siempre se sintió argentino, pero en 2006, cuando llegó a la primera de River y se hizo conocido, comenzaron las citaciones y se encontró con cuestiones legales que podían incidir directamente en su carrera.

En aquellos tiempos, Francia no aceptaba la doble ciudadanía. Si elegía a la selección argentina, se quedaba sin su pasaporte comunitario y una posible transferencia al fútbol europeo corría peligro. Por aquellos tiempos Chelsea y Barcelona parecían estar interesados en él, aunque finalmente fue Real Madrid el que lo llevó a Europa.

Por ese motivo rechazó la convocatoria al seleccionado Sub 20 argentino de Hugo Tocalli, que que al año siguiente fue campeón mundial en Canadá.

Y todo se complicó aún más cuando Raymond Domenech lo incluyó en una lista para el amistoso que el 13 de noviembre iba a jugar Francia con Grecia. Estaba en una encrucijada, pero volvió a postergar la decisión y también rechazó la convocatoria francesa. «Todavía es muy prematuro decidir. No hablé con Domenech, pero me gustaría poder comentarle mi situación. Es difícil», dijo con timidez Higuaín, que por entonces tenía 19 años.

El técnico de Francia lo criticó con dureza: «Es francés y como cualquier francés debe responder cuando se lo convoca. Lo que hizo es una falta de respeto».

Dos meses después, cuando el pase a Real Madrid estaba acordado, finalmente eligió: «Ha sido una elección con el corazón. Todos mis amigos, mi familia y mi fútbol son de la Argentina, no podía tomar otra decisión», dijo.

 

 

 

 

Fuente: https://www.lanacion.com.ar

ÚLTIMAS NOTICIAS