Don Jorge Mario Bergoglio, hoy el Papa Francisco, posa con un banderín del San Lorenzo de Almagro, club del que es hincha y socio
¿Se imagina usted la escena, amigo lector?. El nuevo pontífice saliendo al balcón a saludar a la multitud que lo aguarda ansiosa, expectante, y, de repente, en medio de tanta gente un grito sobresale por sobre los susurros devotos: “¡¡Aguante el Papa cuervo!!”. Ja!, aquello podría significar una reacción en masa de total repudio hacia quien se acababa de animar a algo tan deplorable en un momento único para la humanidad.
Sin embargo, si eso hubiera ocurrido y el grito hubiese sido lo suficientemente alto como para que llegara al Papa este no solamente que no se hubiera enojado sino que hubiera sonreído, hubiera buscado en medio de la muchedumbre al protagonista de la increíble escena, y le hubiera levantado un brazo con el puño cerrado o se hubiera llevado la mano al corazón en el típico gesto de quien ama a algo.
Y, quizás allí, con la multitud calmada por ese gesto, y como con seguridad habría en la plaza de San Pedro muchísimos ciudadanos argentinos, como de todo el mundo, estos se encargarían de explicar a quienes no lo supieran que «cuervo» es el apodo con que se conoce a los hinchas del club San Lorenzo de Almagro y que don Jorge Mario Bergoglio, hoy el Papa Francisco – así a secas y no Francisco I, porque recién a partir del segundo Papa con un nombre ya utilizado se usa esa denominación numérica, explicaron- es hincha de este club , sí hincha, sin eufemismos tales como allegado o simpatizante. Tanto es así que más allá de las fotos habituales de su asunción a tan alto cargo una de las que más ha recorrido el mundo es la que también utilizamos en conmebol.com y lo muestra a don Jorge posando orgulloso con un banderin que le obsequiara el plantel de su querido club y también ya ha sido publicado su carnet de socio número 88235.
Está claro que el Papa tiene muchísimos asuntos de suma importancia que tratar a partir de ahora y la humanidad aguarda sus primeras acciones y determinaciones pero también estamos seguros que, en esta transición nominal obligatoria, Jorge Mario le va a traspasar a Francisco su pasión por San Lorenzo en particular, y por el fútbol, en general. Quizás, dentro de la austeridad y humildad que, los que lo conocen dicen que tiene, ya esté pensando en instalar en su nueva oficina un televisor de un par de pulgadas que le permita seguir a su club, a su selección, a la Libertadores, las eliminatorias y el mundial.
Valga recordar aquí, a modo de anécdota o de esperanza, que Karol Wojtyla luego Juan Pablo II, fue jugador e hincha de fútbol y resultó un gran pontífice.
Que Francisco tenga la lucidez, la sabiduría, la tranquilidad y la paz para tomar las mejores decisiones en un momento de la humanidad en que tantos valores están dados vuelta. Ojalá, -y esto es fundamental, amigo lector- no esperemos que lo haga todo solo y entre todos demos una mano para mejorar las cosas, cada uno con su manera de pensar, con sus ideas, con sus valores y principios pero siempre buscando un mundo mejor. Estos son los deseos desde conmebol.com en un momento en el que el mundo celebra la llegada de un Papa futbolero.
Robert Singer/conmebol.com
rsinger@csf.com.py
