Han pasado 47 años: Quedó como una marca, como un mojón en la historia del fútbol. A partir de allí, cada vez que un equipo gana, gusta y golea, desparrama talento y buen juego, se lo compara con aquella selección y se dice “juega como Brasil del ‘70”, en recuerdo al cuadro que levantó por última vez el trofeo Jules Rimet el 21 de junio de 1970.
Fue una constelación de estrellas dirigidas por la mano sapiente de Mario Zagallo, quien ya tenía experiencia en ser campeón del mundo, al haberlo logrado en Suecia 1958 y Chile 1962.
Fue un equipo con una inagotable vocación ofensiva, con un lateral derecho extraordinario como Carlos Alberto, que se sumaba sistemáticamente al ataque, para acompañar a esos 5 magníficos que conformaban una delantera irrepetible: Jairzinho, Gerson, Tostao, Pelé y Rivelino.
Ganó los seis partidos que disputó. En la fase de grupos sus adversarios fueron Checoslovaquia 4-1 (Jairzinho 2, Rivelino, Pelé – Petras), Inglaterra 1-0 (Jairzinho) y Rumania 3-2 (Pelé 2, Jairzinho – Dumitrache, Dembrovschi). En cuartos de final superó en un inolvidable encuentro a Perú por 4-2 (Rivelino, Tostao 2, Jairzinho – Gallardo, Cubillas) y en la semifinal llegó el ansiado desquite mundial del “maracanzo” ante Uruguay por 3-1 (Clodoaldo, Jairzinho, Rivelino – Cubilla).
La consagración fue en el estadio Azteca contra Italia, en una brillante demostración. Comenzó ganando con gol de Pelé de cabeza, pero Roberto Boninsegna igualó a poco de culminar el primer tiempo. A los 66 Gerson puso el 2-1, cinco minutos más tarde Jairzinho (único futbolista de aquel equipo en marcar en todos los partidos) aumentó la distancia y a cuatro del final, Carlos Alberto cerró la cuenta culminando una jugada excepcional: la inició Clodoaldo, el volante central y equilibrio del equipo, siguió en Pelé, quien casi sin mirar, habilitó al lateral que patentó el último grito del torneo con un violento remate.
Vuelta olímpica plena de júbilo, con el fútbol rendido a los pies de un cuadro inimitable. Fue la despedida de Pelé de los mundiales. Fue el ingreso de un equipo maravilloso en la historia del fútbol.
Eduardo Bolaños – CONMEBOL.com
